martes, 17 de mayo de 2011

IFEDEC realizó I Pleno Nacional de Formación donde participaron delegados de toda Venezuela

Eduardo Fernández: Garantizamos liderazgos que el país requiere para salir adelante

(Prensa IFEDEC).- Caracas, 17 de Mayo de 2011.- Con el objeto de dar a conocer las experiencias, que en materia de formación en liderazgo se vienen desarrollando en todo el país, El Instituto de Formación de Políticas Públicas IFEDEC, llevó a cabo su “I Pleno Nacional de Formación”, en el que también fueron evaluados el programa de beca para jóvenes “Venezuela, Liderazgo y Democracia” (Venlidem)  y los éxitos alcanzados a través del concurso de ensayo “Pensando en Venezuela”.


La actividad fue presidida por Eduardo Fernández, presidente Nacional de  esta institución, quien estuvo acompañado por los directores Pedro Alfonso del Pino y Eduardo Machuca y presentes de las delegaciones de los Capítulos Anzoátegui, Aragua, Barinas, Bolívar, Carabobo, Cojedes, Delta Amacuro, Guárico, Falcón Lara, Mérida, Miranda, Monagas, Nueva Esparta, Sucre, Táchira, Trujillo, Vargas, Yaracuy, y Zulia.


Eduardo Fernández, tras dar la bienvenida a las delegaciones,  renovó el compromiso que IFEDEC mantiene con la juventud, de garantizar una plataforma de formación, nutrida en valores éticos y morales, capaz de generar los liderazgos que el país requiere para salir adelante


“…En este momento en el que el país demanda una nueva generación de líderes  consolidados en valores éticos y  morales que puedan desarrollar acciones para el  bien común y los Derechos Humanos de la sociedad venezolana, me siento muy satisfecho del gran esfuerzo que desde la institución que presido, todos ustedes están llevando a cabo ejemplarmente ”, concluyó  Eduardo Fernández.


Las experiencias formativas del Ifedec y los retos para el 2011, fueron temas tratados durante este encuentro,  de la mano de Henry Contreras, representante del Capítulo Ifedec Vargas, entre otros tantos que nutrieron la agenda de dos días de trabajo.


También  se presentaron la nueva página de Formación del Ifedec y los manuales de capacitación para líderes; herramientas que ayudarán a instruir a las nuevas generaciones en diversas áreas del conocimiento político, social, histórico, jurídico y económico.

martes, 10 de mayo de 2011

CHAVEZ REPRESENTA EL PASADO

                                               Escrito por: Dr. Jesús Gánem Martínez


 Presidente del Ifedec Carabobo
 
Los gobiernos de la mal llamada cuarta república eran elegidos para un período de 5 años sin reelección inmediata. Durante ese lapso, ejecutaban grandes obras de vialidad, hospitales, escuelas, centros culturales, viviendas, acueductos, empresas para generar electricidad, mercados, etc., con el petróleo a mucho menos de 10 dólares por barril.

La situación actual del país paradójicamente nos presenta un cuadro diametralmente opuesto, pues tenemos un presidente que ya tiene 12 años en el poder, el petróleo a más de 100 dólares, y una arenga política que enfoca el mandato como si se tratara del comienzo de un único período constitucional.
Para la mayoría de los venezolanos semejante atrevimiento es insolente y provocador, porque nos coloca como una especie de tarados mentales a quienes el primer mandatario nacional con sus conocidas argucias nos miente y distorsiona la historia, por ejemplo, imputando a los gobiernos de la democracia, la culpabilidad de los males y agravios que hoy tenemos, sin que ellos le toquen o salpiquen en lo más mínimo.

Se siente un gobernante nuevo, se empeña tenazmente en presentarse virginal y fresco como una lechuga, que no tiene mayor incumbencia en la crisis. Si hay hambre, desempleo, inseguridad, apagones, sed, desempleo, etc., la culpa es de los gobiernos anteriores. Pero a cual gobierno anterior se refiere Chávez? ¿Le es válido escudarse en el pasado cuando tiene una docena de años en el poder?
El pregón de la historieta llamada revolución socialista, alborota indudablemente a un sector ideologizado, pero a los que padecen y sufren las consecuencias de este desgobierno les invade la frustración, porque no sienten la ayuda para mejorar su calidad de vida y tampoco ven cristalizar ninguna de las ofertas anunciadas en las aburridas cadenas presidenciales. Sólo escuchan promesas y más promesas, maquetas, certificados y números, primeras piedras, expropiaciones y déle con anuncios de misiones populistas y electoreras.

Por fortuna las elecciones presidenciales del próximo año son una oportunidad para cambiar. El cambio debe producirse para acabar con el creciente descontento y la insoportable manipulación mediática que ha hecho posible que la mayoría de la población se pronuncie a favor en todas las encuestas, por un cambio de gobierno, con un porcentaje que está alrededor del 56 %.. El mito del buen vivir con el socialismo, languidece. De manera que el año 2012 es promisorio, sin querer decir que la contienda es fácil, porque hay que luchar contra todo el poder del Estado, el abuso, la fuerza pública, el CNE y el dinero que correrá a montón en la campaña electoral del autócrata.

Pero estemos claro, la gente ha tomado conciencia, está incrédula y no acepta más cuentos chinos, como el achaque al imperio, a la burguesía, y a la oposición. La diaria protesta pública refleja el debilitamiento del oficialismo y el discurso populista no da para más. El país anda mal y para el año entrante seguirá mal, no tengo la menor duda.


    

martes, 3 de mayo de 2011

Patrono y sindicalista a la vez

Escrito por el Dr. Jesús Enrique Gánem Martínez,
 presidente de Ifedec-Carabobo
El Movimiento Sindical Venezolano en estos azarosos tiempos se ha visto perturbado con la acción gubernamental que ha suplantando de manera abusiva e ilegal, el sindicato, por la fuerza coercitiva del decreto presidencial. Décadas atrás los aumentos del salario y demás medidas que tocaban lo laboral, se alcanzaban de manera concertada; en el sector público, con abierta participación de sus trabajadores y el Ministerio respectivo, y en el ámbito privado, con los sindicatos, el patrono y de ser necesario, la intervención equilibrada de la institución oficial.

Las variables macro-económicas del país se examinaban recurrentemente valorando la referencia del costo de la canasta básica, la cual determinaba lo que debía corresponder como aumento salarial, es decir, se ajustaba la remuneración con la inflación del momento.

En este largo y penoso período gubernamental la llamada revolución socialista viene pregonando a grito tendido la igualdad y el respeto a los trabajadores, pero progresivamente obstaculiza sus reclamos, a tal extremo, que ya resulta un calvario para la masa laboral, la aplicación de aquellas normas y preceptos que le benefician, tales como las consagradas en la todavía vigente Ley del Trabajo.

 Semejante conducta ha producido un malestar que se ve en las diarias protestas en calles y avenidas de todas las ciudades del país reclamando el cese de los apagones, costo de los alimentos, inseguridad, desempleo, la falta de vivienda, y recientemente, el tema del empleo, inflación y salario abordado por el Gobierno de manera atropellada, desconsiderada y ofensiva producto de una política de Estado equivocada e inspirada en un marxismo obsoleto y en desuso que no admite el manejo de la política laboral con la participación plural de sectores distintos al régimen chavista.

La clase trabajadora identificada con el Gobierno por supuesto que acepta y defiende todas las deleznables e inconsultas medidas, a sabiendas que un dirigente sindical jamás puede ser un incondicional, porque su lucha social se basa en el reclamo, que es el arma que se aplica frente al anhelo y la esperanza de una vida mejor. Si no existe el reclamo para requerir reivindicaciones es imposible alcanzar la superación de la gran deuda social que tiene el régimen con la clase trabajadora y su familia. Ahora bien, el dilema es cómo hacerlo si no se admite o restringen las convenciones colectivas, se irrespeta la libertad sindical, el salario lo establece el Gobierno, y que no decir del inexistente derecho a huelga

Nada extraño en estos tiempos de dolorosas sorpresas es el último aumento salarial -sólo ajuste y no aumento- que se produce de manera unilateral, sin que haya mediado la consulta de por medio a los verdaderos actores. El cuestionado decreto no resulta extraño ni tampoco la forma como se le hizo saber a la nación, porque en Venezuela no tenemos autonomía de poderes y el que la dirige lo hace de manera autocrática, entonces, qué se podía esperar en el campo de la relación laboral.

Hoy el Presidente pretende, además de vitalicio, ser patrono y sindicalista a la vez, manejando artificiosa y manipuladoramente la situación salarial, apoyándose en un pequeño grupo de directivos sindicales de empresas expropiadas o confiscadas, colocados a dedo, sin elecciones libres y democráticas. Todo este proceso tiene un signo inequívoco, el "quiebre" del movimiento de los trabajadores, por lo que se le cerca, sobre todo el camino para mejorar su calidad de vida, regularizando a través de instrumentos jurídicos lo atinente al salario y de paso acabar con las conquistas logradas bajo el amparo de las convenciones de trabajo.

El procedimiento del aumento por decreto ley resulta incompatible con la garantía constitucional que obliga al Estado a mejorar las condiciones materiales de los trabajadores, prohibiendo normativas que alteren los derechos y beneficios laborales, declarando nula toda acción, acuerdo o convenio que menoscaben esos derechos. Por tanto, el abandono de la protección del Estado no significa otra cosa que la congelación de los beneficios laborales en el país, cuestión que ya sienten de manera progresiva todos los trabajadores al ver cada vez más mermadas sus reivindicaciones contenidas en la Ley de Trabajo, y otro aspecto, estrujándoles en la cara la aplicación de la Ley de Seguridad y Defensa de la Nación y el Código Penal, con lo que criminalizan la protesta pública. Recientemente escuché a un catedrático decir con propiedad: "Cuando el Gobierno es el patrono, la libertad sindical no existe". Plenamente de acuerdo.