Distinguidos, admirados y queridos médicos amigos, compañeros del ideario –utópico a veces- del bien hacer; del querer dar; de luchar incansablemente haciendo propias, las necesidades y carestías de quienes sufren, aquejados por la ausencia de salud.
Como profesional de un área social; para mi es maravillosos sentirme acompañada de gente tan valiosa y comprometida; de una nobleza que compite con su capacidad de flexibilizarse ante la circunstancias, para sacar adelante al país; pero nunca partirse en dos.
Gente que vibra, que siente, que se fusiona con otra gente, sin importar estratos sociales y se siente parte de ella. Voces fuertes y sonoras frente a las injusticias y desacatos al tratamiento médico, pero muy sutiles a la hora de brindar consejos y consuelo.
A todos ustedes, deseo éste y todos los días, incansable e inextinguible ánimo, confianza y fe en la labor con la que eligieron servir a Dios.
Afectuosamente,
Gabriela Gómez Maya
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